Alessandra
Guerriero
15/01/2014
Práctica
10
Caracas en dos ruedas
Suena
el despertador, 5 de la mañana de un lunes. Me asomo desde la ventada de mi
casa, veo a mi querida Catia como es pintada de color naranja a medida que el
sol va saliendo. Mi esposa se levanta, me hace un café mientras prepara el
desayuno para mí y mis cuatro hijos.
Entro
a la ducha, pensando en el largo día que me esperaba, era quincena, la calle
esta insegura, alcabalas por todos lados y mi oficio mal visto por todos. Al
salir de la ducha me encuentro con mi esposa que dice: “Se acabó la leche, la
harina, se me gasto la plata y no hay pañales”, sin embargo mantengo mi buen
humor. Agarro mis llaves, mi casco y me lanzo a la chamba de hoy.
Prendo
mi burra o como me gusta llamarla “María la del barrio”, me coloco mi casco,
meto primera y arranco. En la calle Colombia
me topo con la clásica cola de las mañanas, a mi izquierda tengo a la ClínicaNueva Caracas, donde hay una señora que siempre me saluda con su típica frase: “¡Dios
lo bendiga mijo!”; a mi derecha la cola de gente para entrar a Farmatodo, ya
que según los rumores del barrio había llegado leche y pañales, sin embargo no
pude pararme.
A
medida que avanza la cola, avanzo yo entre carros buscando un espacio para
poder adelantar y salir de la “tranca” de esta calle. Al llegar a la esquina me
topo con un punto de control de la Policía Nacional, o como yo les llamo “Los
Puercos”, buscando a quien martillar para sacar su almuerzo del día. Como es de
esperarse en mi oficio, sabemos que al ver una alcabala es ley que nos quieran
parar para “matraquearnos”, y así fue…
¡Buenos
días ciudadano! Licencia y papeles de la moto, me dice el oficial Camacho. Saco
los papeles y mi licencia tenía 5 meses de vencida gracias a la ineficiencia
del INTT por no tener material nunca. Como era de esperarse, se pusieron con
una cómica, que si la licencia vencida, que si no puedo circular, que si la
moto tiene que estar retenida, finalmente el Cpt. Pacheco me habló claro y me
dijo: “Mira flaco si quieres que te suelte la moto son 7 tablas alante”; 7
tablas quieren decir 700bsf para aquellos que no entiendan el léxico.
Para
colmo de males, solo tenía 300 encima, por lo que tuve que dárselos para que
tuvieran “pal fresco”. Les confieso que en ese momento me sentí molesto,
dándole a ese policía todo lo que cargaba encima, ya que por su aspecto gordo y
lleno de cadenas y relojes que había “matraqueado”, no parecía faltarle nada.
En fin logré pasar la alcabala y seguí mi camino.
Al
llegar a la oficina, mi jefe ya estaba listo para darme los mandados del día,
varios depósitos de cheques en 5 bancos distintos. A mitad de mi jornada tuve
un accidente con la moto en donde se me dobló el cuadro, cosa que me complicó
el día. Apenas cobre la mitad de lo que me tocaba y de una me fui directo a la
casa a pensar de donde sacaría los reales para arreglar a mi burra.
Farmatodo de Catia, Av. Colimbia. Foto archivo internet |
Clinica Nueva Caracas, Catia. Foto archivo internet |
Mototaxista en plena jornada laboral. Foto archivo internet |
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