miércoles, 8 de enero de 2014

Cronica de un 25 anunciado



Alessandra Guerriero
08/01/2014
Control de lectura 2
La otra cara del 25

 Se acercaban las 10pm del 24 de diciembre del año 2013. Nos encontrábamos mi familia y yo reunidos en mi casa, sentados en la mesa con un banquete de antipastos exquisitos que incluía carpaccio de salmón, ensalada de pulpo y camarones al ajillo, sin dejar de lado los platos fuertes como pasta con camarones, pavo con ensalada y otro gran número de platos que, mezclado con la música típica italiana que sonaba a través de la radio, creaba un ambiente  de alegría y felicidad en cada uno de los que nos encontrábamos ahí en ese momento.

Al llegar las 12, nos deseamos feliz navidad, los fuegos artificiales estremecían la zona e iluminaban con infinitos colores el cielo caraqueño, demostrando la energía y la alegría que a pesar de los difíciles momentos que atravesamos los venezolanos, seguimos teniendo. Pasadas las 12 de la media noche, me preparo para ir a casa de una amiga que además de ser una de mis amigas más cercanas, es mi vecina de hace mucho tiempo, por lo que fui a su casa a pasar un rato agradable.

Sin embargo a las 2:30am, nos fuimos a casa de un amigo muy cercano también ya que en su casa había una fiesta de navidad con todos los amigos y vecinos de la zona. Al momento de llegar a su casa, nos recibe la música y las luces del dj animando la fiesta, botellas abiertas, shots, personas bailando descontroladamente, un ambiente de rumba y alegría total.

Mis amigas y yo nos sentamos en una de las mesas que logramos conseguir vacías. Yo a pesar de estar emocionada por el momento, en el fondo estaba triste ya que mi novio estaba de viaje y no pude pasar con él nuestro primer 24 de diciembre. En ese momento fue cuando les comenté a mis amigas que tenía novio. Ellas se alegraron mucho y para hacerme sentir mejor, propusieron una ronda de shots para celebrar. 

Entre shots, tragos y cocteles, el ambiente se prestaba para comenzar con uno de los famosos juegos de bebida, el juego se llamaba Tomanji, donde el juego lanza al azar nombres de las personas que deben tomar, o retos que deben realizar. Este fue el responsable de haberme hecho pasar la peor navidad de mi vida. 

 A mitad del juego me empecé a sentir  mal, no podía enfocar la vista, la cabeza me daba vueltas y fue cuando mis amigas se dieron cuenta que estaba prendida. Sin embargo yo les decía que no se preocuparan, que no seguiría tomando y que no pasaría nada… pues al final eso no resulto ser así.


Realmente yo no quería dejar de tomar, el ambiente se prestaba para continuar con la fiesta y eso fue lo que hice, me serví dos tragos de ron más y fueron mi perdición. Luego de eso recuerdo estar apoyada del brazo de una amiga que me sujetaba la cabeza mientras yo vomitaba en la poceta de la casa de mi amigo. Mi amiga al verme vomitar, comenzó a sentirse mal ella también por lo que al cabo de unos minutos ella comenzó a vomitar igual que yo. Admito que esto fue una  experiencia que recordaré por mucho tiempo.

Estuve en ese baño durante 3 horas aproximadamente, al salir del baño me doy cuenta que ya había amanecido, no solo eso, ya eran las 7 de la mañana. El malestar general que tenía, más las constantes nauseas que aún no cesaban, hicieron que yo quisiera irme de ese lugar, por lo que el mejor amigo de mi novio se ofreció amablemente a llevarme. 

Al llegar a mi casa, todo daba vueltas, seguía embriagada y las náuseas más fuertes que nunca, comenzaba el dolor de cabeza. Llego al baño de mi casa ya que las náuseas no habían cesado. Mi mama al percatarse que yo seguía vomitando, se para de la cama y me prepara una manzanilla. 

 Me tomé la manzanilla creyendo que ésta me calmaría un poco, sin embargo a los 10 minutos de haberme tomado la manzanilla, la vomite. Me lave la cara, para tratar de sentirme mejor y fui directo a la cama a acostarme. Todo me daba vueltas, continuaba mareada, sin embargo cerré los ojos  y al pasar los minutos fui quedándome dormida.



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